La eficiencia energética nos permite obtener un mismo resultado consumiendo menos energía. Para ser más eficiente, te recomendamos seguir las siguientes siete reglas de oro:
1) Configurar temperaturas adecuadas
Excederse con la configuración de la calefacción o la refrigeración no es sostenible para el medio ambiente ni para la economía casera. Es importante ajustar las temperaturas de los dispositivos en base a necesidades reales. Por ejemplo, la configuración ideal de un aire acondicionado es en 24°. Esto también ocurre con las heladeras, que están entre los aparatos de mayor consumo.
2) Aislar el frio o el calor
Se trata de evitar que se "escape” la temperatura alcanzada dentro del hogar. Para eso, es importante cerrar puertas y ventanas. Cuando hace frio es preferible ventilar la casa al mediodía y, cuando hace calor, por la noche.
3) Revisar etiquetas
Los electrodomésticos tienen etiquetas que certifican su nivel de eficiencia energética. Si tenés la posibilidad, cuando estés por comprar o reemplazar un artefacto, recordá revisar esta información.
El adhesivo muestra una escala representada por letras y colores. El consumo más eficiente se ubica en la letra A y con color verde. A medida que disminuye se representa con otras letras, en orden alfabético, y tonalidades tendientes al rojo. El consumo del dispositivo se señala con una flecha de color negro.
En el último tiempo se sumaron tres categorías a esta calificación, que denotan “máxima eficiencia”: A+, A++ y A+++.
4) Realizar un buen mantenimiento
Siempre habrá una mayor eficiencia con un buen mantenimiento y limpieza de los artefactos, especialmente de los que generan frío o calor. Por ejemplo, limpiar los filtros del aire acondicionado puede marcar una diferencia sin necesidad de recurrir a un especialista.
5) Evitar el consumo vampiro
Existe un tipo de consumo denominado “vampiro”. Cuando el cargador del celular queda enchufado sin el teléfono, o los aparatos en stand by (como los monitores), se “drena” la energía imperceptiblemente. En algunos casos este consumo no llega a ser muy alto. Sin embargo, definitivamente no contribuye al medio ambiente.
6) Hacer lo mismo con menos usos
La plancha, al igual que todos los artefactos que usan resistencias, consume mucha energía. Se recomienda juntar todas las prendas y plancharlas en una misma oportunidad. El lavarropas también consume mucho. Es recomendable usarlo con cargas completas (y si es posible, evitar el modo “agua caliente”).
7) Apagar luces y electrodomésticos que no usas
Sí, es una obviedad. Sin embargo, si aún no adoptas esta costumbre o sólo lo haces parcialmente, éste puede ser un buen momento para cambiar de hábito.